El Efecto Dunning-Kruger explica por qué cualquier podemos ser un cuñado o un tertuliano
El Efecto Dunning-Kruger explica por qué cualquier podemos ser un cuñado o un tertuliano

El Efecto Dunning-Kruger explica por qué cualquier podemos ser un cuñado o un tertuliano

31/03/2023
0 Comentarios

El efecto Dunning-Kruger es un fenómeno psicológico que describe cómo las personas tienden a sobreestimar su propia competencia cuanto menos saben, mientras que las personas con habilidades más avanzadas tienden a subestimarse.

Se produce por una falta de autoconciencia y metacognición: los que no tienen ni idea, no se dan cuenta de sus fallos y deficiencias. Los que saben más, o son más competentes, tienden a asumir que no saben tanto.

Una oveja y una suma mal realizada: 2+2=5

La ignorancia puede generar una confianza excesiva, mientras que la sabiduría puede generar humildad.

Orígenes del experimento

El efecto Dunning-Kruger lleva el nombre de sus descubridores, los psicólogos sociales David Dunning y Justin Kruger.

En un estudio de 1999, realizaron experimentos en los que evaluaron las habilidades y autoevaluaciones de los participantes en diversas áreas, como la gramática, la lógica y el humor.

Descubrieron que los que lo hicieron mal en las pruebas sobreestimaron más sus habilidades, mientras que los que lo hacían bien, subestimaban sus capacidades

Una de las inspiraciones de Dunning a la hora de investigar este fenómeno fue el de McArthur Wheeler, un delincuente que en 1995, decidió robar dos bancos en Pittsburgh, EE. UU., con la cara descubierta y las cámaras de seguridad grabándolo.

Wheeler creía que frotarse limón en la cara lo haría invisible para las cámaras, basándose en la idea errónea de que el jugo de limón se utiliza como tinta invisible en papel.

Por supuesto, el jugo de limón no funcionó y le detuvieron.

El efecto Dunning-Kruger nos enseña una lección importante: todos somos susceptibles a sobreestimar nuestras habilidades en áreas donde no somos expertos.

Como me gusta decir: los idiotas no tienen que ser siempre los otros.

A veces, somos nosotros mismos.

Al reconocer nuestras limitaciones y ser conscientes de que no siempre somos tan competentes/listos/sabios como creemos, podemos ser más humildes y estar más abiertos a aprender de los demás.

Foto de Michal Matlon en Unsplash

Comenta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *