El Principio de Gervais: por qué las empresas están llenas de sociópatas y perdedores
El Principio de Gervais: por qué las empresas están llenas de sociópatas y perdedores

El Principio de Gervais: por qué las empresas están llenas de sociópatas y perdedores

El Principio de Gervais es una teoría de la gestión / management desarrollada por Venkatesh Rao en la que describe la lógica de la jerarquía empresarial. Según este principio en la cima están los sociópatas, en el medio los despistados (clueless en la versión original) y en la base los perdedores (losers).

Esta sería la jerarquía resultante, basada en una viñeta de Tom Fishburne:

Pirámide de Gervais

Desarrollando la viñeta original, tenemos:

  • Sociópatas: manipuladores que consiguen la mayor parte de las recompensas, siendo parte de la cima.
  • Despistados: trabajadores y sinceros, creen en la visión, pero no tienen ni idea de cómo funciona la vida. Están en el medio de la pirámide.
  • Perdedores: hacen lo mínimo, no se arriesgan y tratan de vivir sus vidas en el tiempo libre.

Rao lo vio como una descripción tan precisa de la realidad que decidió buscar mecánicas subyacentes: ¿por qué surgía una jerarquía como esta?

Algunos de los principios a los que acudió fueron:

  • Principio de Peter: un clásico, que afirma que las personas siguen ascendiendo hasta que llegan a su punto de incompetencia, por lo que al final acaban en puestos que no saben desempeñar.
  • Principio de Dilbert (Scott Adams): los más incompetentes ascienden al rango de mandos intermedios (middle management), donde hacen el menor daño posible.

Ninguno de los dos explicaba bien la pirámide.

Pero un día, viendo The Office llegó la inspiración. Rao descubrió los dos principios que operan detrás de la pirámide de sociópatas-despistados-perdedores.

Así funciona el Principio de Gervais

Ambos tienen un punto en común: los sociópatas, que ya están en la cima corporativa, promocionan desde la base gracias a dos principios:

  • Principio 1: los sociópatas promocionan a los Perdedores que están trabajando de más. ¿Por qué? Porque si están trabajando tanto, es porque en realidad no se enteran de que les están timando. Por lo tanto, en realidad deberían estar haciendo el “trabajo duro”, deben estar en los puestos intermedios, como Despistados (o Clueless).
  • Principio 2: los sociópatas buscan personas que hacen menos de lo mínimo. Pero, y es un pero importante, no es que hagan lo mínimo, es que además buscan atajos, trucos y se arriesgan para ascender.  Normalmente, tener un rendimiento bajo puede hacer que te despidan, pero si demuestras cierto arrojo, puedes entrar en el radar de los sociópatas y prosperar.

Algo así:

El Principio de Gervais en Funcionamiento

Así nació el Principio de Gervais, nombre que Venkatesh puso en honor a Ricky Gervais, creador de The Office. 

Cuando publicó el post en 2009 recibió todo tipo de reacciones: desde jubilados diciendo que al fin podían entender su carrera profesional a jóvenes que cambiaron su manera de enfocar el trabajo.

Venkatesh no paró en ese único post: escribió otros 5, que se pueden comprar en forma de eBook por menos de 5 euros.

El Principio de Gervais tiene muchas ramificaciones y desarrollos, es un conjunto relativamente coherente que hunde sus raíces en distintas teorías corporativas y filosóficas y que nos lleva a reflexionar y dar sentido a cuestiones como:

  • ¿Por qué hay tantos capullos/as en puestos directivos?
  • ¿Por qué no son los más trabajadores/as los que llegan a los puestos más altos?
  • ¿Cómo se perpetúan las jerarquías disfuncionales?
  • ¿Por qué a las personas buenas les pasan cosas malas?

Rao llega a hablar de Hobbes y Russeau, de las teorías buenistas del management y de las teorías cuasi-maquiavélicas, de cómo oscilamos de unas a otras y de cómo, muy probablemente, la verdad esté en un punto intermedio.

Sin caer (del todo) en el cinismo, nos aporta una visión interesante sobre la política empresarial.

Mi reflexión sobre el Principio de Gervais

Todas las culturas disfuncionales se parecen, las funcionales lo son cada una a su manera.

Puede que parafrasear (dando la vuelta) la primera línea de Ana Karénina sea un poco excesivo, pero en mi experiencia he observado que las culturas de empresa disfuncionales tienen mucho en común:

  • Nadie sabe por qué o para qué se hacen las cosas.
  • Impera un sentimiento de desamparo y arbitrariedad.
  • La burocracia y el confundir los medios con el fin es la norma.
  • El talento y los resultados no tienen vinculación con las promociones.

El Principio de Gervais es una buena explicación.

En las empresas grandes la desvinculación de los resultados reales es lo bastante grande como para permitir un juego secundario: el de la política.

Una política que muchas veces sigue unas reglas alejadas del mercado, del sentido común y de la realidad, pero que se convierte en el día a día de muchas personas.

Comenta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *